Empastes de amalgama

La amalgama dental es un empaste dental de uso común que se ha utilizado durante más de 150 años. Es una mezcla de mercurio con al menos otro metal. La amalgama tiene muchas ventajas sobre otros materiales de restauración, como bajo costo, resistencia, durabilidad y efectos bacteriostáticos.

La amalgama se utiliza en odontología por varias razones. Es relativamente fácil de usar y manipular durante la colocación; permanece blando por un corto tiempo por lo que se puede empaquetar para llenar cualquier volumen irregular y luego formar un compuesto duro. La amalgama posee una mayor longevidad que otros materiales de restauración, como el composite. En promedio, la mayoría de las restauraciones de amalgama duran entre 10 y 12 años, mientras que los composites a base de resina duran aproximadamente la mitad de ese tiempo.

Sin embargo, con las recientes mejoras en la ciencia de los materiales compuestos y una mejor comprensión de las técnicas de colocación, cabe señalar que esta diferencia está disminuyendo.

Hay determinadas situaciones en las que es más adecuado utilizar composite (empastes blancos) en lugar de amalgama. Por ejemplo, se recomienda el composite cuando no es necesaria la amalgama o cuando sería beneficiosa una preparación menos invasiva. Estas situaciones también incluirían pequeñas restauraciones oclusales, donde el uso de amalgama requeriría la eliminación de una cantidad significativa de estructura dental sana. Además, el composite es el material elegido para "sitios de esmalte más allá de la altura del contorno."

El Consejo de Asuntos Científicos de la Asociación Dental Estadounidense ha llegado a la conclusión de que tanto la amalgama como los materiales compuestos se consideran seguros y eficaces para la restauración dental.